Aun cuando la mayoría lo niegue
los padres vamos proyectando en nuestros hijos lo que en nuestra infancia
vivimos.
Cometemos el torpe error, de
darles o tratarles como fuimos tratados.
Muchos casos son constructivos y
productivos sí, es verdad, pero tantos otros, solo proyectamos frialdad, malos
tratos, falta de amor y no apropósito, no por no ser amados por nosotros,
simplemente porque no nos percatamos de como estamos actuando.
Esto hace mucho más difícil
criarles , porque cuando creemos estar actuando de manera correcta, estricta y
justa, enfocándonos en que sean fuertes
e independientes, perdemos los momentos de abrazarles y cubrirlos de besos.
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